jueves, 3 de abril de 2014

Carta de Jefe Indio Sealth
Resumen:
"El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que. de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe en Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas. 
.'¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa,, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.  

"Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las cretas rocosas, las savias de les praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. 
...Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe anda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Mas, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasma? en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de agua es la voz del padre de mi padre. 
"Los ríos son nuestros hermanos. ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daríais a cualquier hermano. 
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él les sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que la importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras si sólo un desierto. 
"No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. 
Pero quizás sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco. ningún lugar donde pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera, el rozar de las alas de un Insecto. 
Pero quizás sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas, El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. Y qué clase de vida s cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la gana o la discusión nocturna de as ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido de[ viento que acaricia la cala de¡ lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia de¡ mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos. 
El aire es algo precioso Para si hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera. 
"Consideraremos vuestra olerla de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobra las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre.
Todas las cosas están relacionadas entre sí. 
'Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de la vida de nuestros ante. pasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen en el suelo se escupen a sí mismos.
 "Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá. a los hijos de la tierra. Lo sabemos Todas as cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia. 
"Aun el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con el de amigo a amigo no puede estar exento del destino común. Quizás seamos hermanos, después de todo'.  Lo veremos.
Sabemos algo que el hombre blanco descubre algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizás que solo dueño de nuestras tierra; pero no podréis serio. El es el Dios de la humanidad y Su compasión es Igual para el hombre de piel roja que para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia su Creador. los hombres blancos también pasarán. tal vez antes que las demás tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestro propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis Iluminados por la 'des de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados..


La carta se encuentra en el contexto histórico de una guerra civil entre las diferentes tribu  y los colonizadores americanos que buscan comprar las tierras de lo que es en la actualidad Washington. Es comúnmente conocida como Respuesta del Jefe Seattle debido a que era un discurso que contestaba al gobernador territorialIsaac I. Stevens. Aunque no hay duda de que el jefe Seattle dio la charla, se pone en duda la exactitud del relato de Smith. Y aun más lo son los posteriores relatos que derivan del de Smith.

En una publicación trimestral india, valorando el legado del jefe Seattle, Phillip Howell, líder de los klallam, se dice que pensaba de él que era «un indio de corte inferior, una broma entre los nativos» y, lo que es peor, «un cobarde y un traidor» por haber llevado a cabo las negociaciones del tratado y cedido las tierras indias al hombre blanco. Un punto de vista diferente es citado por Peg Deam, un especialista en desarrollo cultural del Concilio Tribal Suquamish. Ella fue citada diciendo que el jefe Seattle «fue puesto en una posición donde tuvo que hacer elecciones muy difíciles y en última instancia dañinas. Se rompieron muchos corazones porque el estilo de vida de los suyos fue cambiado completamente. Los colonos hicieron que los nativos se movieran a pequeños trozos de tierra, separados los unos de otros. Pero como líder y con lo que pudo prever en su momento, creo que hizo la elección adecuada

Con la frase «Todo va enlazado. La tierra no pertenece al hombre. El hombre pertenece a la tierra» trata de decir que el hombre no es nadie para negociar por la tierra que no le pertenece y que simplemente es una superficie que explotar 

En la frase «Todos los seres comparten el mismo aliento» quiere decir que todos los humanos pese a ser de diferentes razas, tienen la misma dignidad humana simplemente por ser seres humanos 

En la frases «El agua cristalina no es solamente agua, sino sangre de nuestros antepasados» «El suelo que pisan son las cenizas de nuestros abuelos» trata de referirse a que le van a arrebatar el derecho a vivir en la tierra donde sus antepasados se desarrollaron y donde lo vivieron, esta cuestión es totalmente injusta ya que "los blancos" solo quieren la tierra para explotarla 

Compatibilidad Desarrollo Sostenible y Consumo

Una de los primeros interrogantes que surgían era, tal y como propone el filósofo Jorge Riechmann, por la propia interpretación que se hace social, política, comercial y económicamente del concepto de Desarrollo Sostenible. ¿es un concepto se orientado hacia la creación de un mundo mejor y más justo (a modo de modelo económico y social alternativo)? ¿Se plantea como una forma de corregir algunas de las debilidades de la sociedad de consumo (para poder eternizarla)? ¿O tal vez como etiqueta de marketing que hace de los productos más tolerables en su consumo para los usuarios?. Estas preguntas y reflexiones nos llevaron a detectar al menos tres actores con capacidad de intervenir en la creación de modelos de desarrollo sostenible: las empresas, las instituciones políticas y los ciudadanos.
El papel de las empresas fue rápidamente asociado hacia la instrumentalización de la sostenibilidad conforme a sus fines económicos propios e imposiciones legales; es decir, el diálogo apuntaba a que las empresas aceptarían modelos de desarrollo sostenible bien por obligación, bien como estrategia para aumentar las cuotas de consumo o la posibilidad de perpetuar su modelo de negocio. Respecto a los ciudadanos, otro de los polos que tampoco hubo tiempo para abordar con detalle, se planteaba la posibilidad de su intervención como medida de presión a través tanto de la capacidad de decisión en el acto de consumo (cuestión, por otra parte, muy comprometida y delicada, según habíamos apreciado en sesiones anteriores) como de la capacidad de participar políticamente en contextos democráticos. Con ello, el aspecto que más se abordó en este encuentro fue el político, valorando en primer lugar la necesidad de Estados fuertes, capaces tanto de poner por delante los intereses ciudadanos frente a los empresariales, como de asegurar cauces de participación ciudadana para la toma de decisiones. El reto que se planteaba, y quedaba finalmente abierto, era el de cómo mantener los intereses políticos y ciudadanos por encima de los comerciales en un contexto de capitalismo global en el que las corporaciones multinacionales aparecen como las instituciones dominantes del siglo XXI.
Como siempre, con muchas nuevas preguntas, temas de reflexión abiertos y alguna que otra respuesta, concluíamos (más por falta de tiempo) con nuestra sesión. Con ello, poníamos también punto y seguido a nuestra trilogía sobre la sociedad actual, no sin antes fijar un nuevo tema de discusión filosófica. 
Evidentemente es posible esta utopía, pero como bien indica la palabra, es simplemente una utopía. Que se mecesita mucho esfuerzo social y que cambien las potencias mundiales...
La única solución posible es la de repartir los recursos que otra gran Utopía





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